Desde la firma de los acuerdos económicos y militares con Estados Unidos (producidos en el año 1953) que marcaron el comienzo del fin del aislamiento de España en el escenario internacional y, más aún, con la incorporación española a la Comunidad Económica Europea (concretada en 1986), la inversión extranjera en la península creció a niveles nunca antes previstos. Sin embargo, conviene echar luz sobre algunos detalles que contribuyen a disipar mitos e ideas preestablecidas.
Según un estudio de la consultora D&B para 2017, sólo el 2% de las empresas ubicadas en territorio español son extranjeras. Hablamos de unas 18.205 sociedades activas en el país que, paradójicamente, facturan el 26% del total (380 mil millones de euros). Las empresas extranjeras, vale apuntar, emplean a 970.000 trabajadores (el 19% de la población económicamente activa). En cuanto a la ubicación geográfica, el 40% de las sociedades comerciales se inclina por Madrid, el 29% escoge Cataluña (aunque la cifra, por motivos de público conocimiento, es decreciente) y un 8% opta por Andalucía.
Línea aparte merece el insólito caso de Cataluña: de acuerdo con fDi Markets (la mayor base de datos en línea de las inversiones extranjeras), Barcelona fue -en 2015- la segunda ciudad europea por volumen de inversión foránea (luego de Londres) y la sexta ciudad de Europa por número de proyectos. Cataluña es, históricamente y en los últimos años, la cuarta región de Europa (primera en Europa Occidental continental) en volumen de inversión extranjera.
¿Y cuáles son las oportunidades de negocio para las empresas extranjeras que deciden instalarse en España? Veamos algunas estadísticas. El comercio se lleva el 25% del total. Le siguen la construcción, con un 15%; los servicios empresariales, con un 14% y la industria cierra la tabla con un 11%. No es casualidad que estos mismos sectores se destaquen entre las empresas nacionales (entre las cuales, sin embargo, la construcción supera al comercio). ¿Es decisivo el peso de las empresas extranjeras en los sectores en los que actúan? Podemos decir que abarcan el 9% del mercado energético; el 7% en la intermediación financiera y el 5% de las telecomunicaciones.
Párrafo aparte para un análisis del riesgo comercial y financiero de las instituciones no españolas. Los niveles de riesgo que presentan son menores que sus pares nacionales: el 29% tiene un riesgo alto o medio-alto frente al 36% de las españolas, mientras que el 71% de las extranjeras presentan niveles de riesgo bajo o medio-bajo, frente al 64% de las españolas.
La inmensa mayoría de los inversores extranjeros coinciden en afirmar que España presenta muchas ventajas claras a la hora de instalarse: la flexibilidad y adaptabilidad de los operadores económicos, la calidad de vida que ofrece el país, su cercanía cultural con América Latina (donde se encuentran presentes varias multinacionales españolas) el auge del turismo, la eficacia de su red de transporte y el desarrollo de las energías renovables. Como aliciente a futuro, España aspira a convertirse en uno de los principales actores mundiales en investigación.
La otra cara de la moneda son los obstáculos de la economía española: la baja productividad de su mano de obra, su baja competitividad y un déficit creciente de la balanza comercial. Necesitaríamos varias páginas más para analizar la complejidad del sistema legislativo español, debido a la presencia de 17 Comunidades Autónomas (equiparables a los states estadounidenses, las regioni italianas o los länder alemanes), que supone igualmente un obstáculo para la inversión.
Analizados someramente todos los factores, es indudable que España presenta características únicas y atractivas que la convierten en un destino ineludible para la inversión extranjera.
Sobre el autor:
Eduardo Fort es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Ha participado en proyectos académicos relacionados con Historia de las Ideas y Teoría Política. Ha colaborado con diversos medios, periódicos y televisión, como analista internacional y especialista en América Latina.
* NOTA: el actual post originalmente se publicó en el Blog de Dos Aguas Consulting en versión inglesa el 12 de julio.